Truman (2015) de Cesc Gay
Me ha hecho ilusión ver tan puntualmente Truman, la película más premiada de los últimos Goya. Iba a decir que está muy bien hecha, pero imagino que hoy en día la artesanía cinematográfica está tan extendida entre nosotros que ya todas las pelis están ‘bien hechas’. Ésta desde luego lo está; aunque sin realizar ninguna aportación especial al arte del celuloide… La historia, supuestamente conmovedora (pulsar el link a la crítica de Fotogramas para leer más sobre ello), se limita a mostrar los diversos aspectos prácticos de afrontar con ironía y buen humor la despedida de este mundo. Es una película muy premiable (se dice ‘oscarizable’), a la manera de un Garci siglo 21. Es melancólica, tranquila, anglosajona y sentimental. Parece que estos rasgos bastan hoy para alcanzar las más grandes profundidades de la existencia. A mi, en particular, no me ha aportado nada reseñable, salvo el recordatorio de lo jodida y engorrosa que es la finitud humana. Muy bien los actores, remarcarlo es de rigor, si bien yo (supongo que por ser riojano como yo), me creo más a Cámara que a Darín, que es una especie de Borgart porteño, siempre bordando el papel de sí mismo; y que solo una o dos veces en toda la cinta parece realmente triste o jodido por el inminente final…
Sinopsis de Truman
JULIÁN, un actor en la cincuentena, ha hecho lo que ha querido durante toda su vida. Y ahora, enfermo, piensa hacer lo mismo con su muerte. Mientras Julián organiza su final, TOMÁS, su mejor amigo, llega por sorpresa desde Canadá. A lo largo de cuatro intensos días los dos amigos vivirán situaciones peculiares, inesperadas y cómicas entre idas y venidas por distintas ciudades. Todo mientras solucionan la principal preocupación de Julián: encontrar un nuevo hogar para Truman, su perro.