Novela: ‘Humillación’ de Alicia Navarro

malicia-cooL«Gracias a Virginia Sanders, he recobrado mi virginidad; hay operaciones que reconstruyen el himen y ésta es una de ellas.»

Con esta estimulante declaración se inicia nuestra charla con Alicia Navarro, autora de ‘Humillación‘ (Ediciones El Garaje), novela parcialmente autobiográfica por la que transitan, con encantadores pseudónimos, algunos de los elementos de la fauna ibérica de las últimas décadas. Pero antes de nada, queremos echar un vistazo al lado musical de nuestra entrevistada:

¿Quién es Malicia Cool?

«Es la banda que formamos la base rítmica de Polanski y el Ardor (batería y bajo) y yo para montar mis canciones; el nombre lo sugirió el estupendo bajista, Sebastián Durán, en un «brainstroming» y así se quedó. Y como tengo obra firmada así, pues lógicamente lo conservo.»

En efecto, Malicia Cool grabaron un álbum en 2008; el cual puede escucharse en MySpace o YouTube. Escuchad aquí este estupendo tema:

Tu que has conocido el panorama musical en los años 80 o así, ¿cómo compararías la situación aquella con la actual?

«Entonces teníamos 20 años y, por influencia del hippismo y del punk, nos lanzábamos a la piscina sin agua. Y nos abríamos la cabeza, claro; pero no importaba; con el seso sorbido por las drogas y el sexo indiscriminado, realmente no teníamos ni zorra de adónde íbamos; más bien creíamos que a ninguna parte; nada que perder; nothing to lose. De hecho nuestro lema era NO FUTURE!!! procedente del punk inglés y neoyorquino que era nuestro maestro; al menos MI maestro: Sex Pistols, Clash, etc. Luego estaban Elvis Costello, The Cure, en fin, oro en paño. Pero gozábamos de mucha energía, atrevimiento y talento también; y nos divertimos como nunca, por eso no se olvida; experiencias increíbles.

Hoy la crisis ha vuelto a todo el mundo más conservador y a la juventud casi más; sabemos lo que es el fracaso, la miseria, el paro; los jóvenes no son tontos y no se embarcan en proyectos caros y sin futuro. Tenemos a indies, hipsters, cantautores, experimentales, gente muy buena. A mí me gustan los últimos, grupos de la vanguardia experimental que además son mis amigos y me muevo entre ellos como una absolute beginner y sedienta aficionada: Markus Breuss, Clónicos, Antonio Guillén, Pelayo Arrizabalaga, Jorge Marredo, Edu Comelles… El periodista Jose Manuel Costa es brillantísimo y un referente imprescindible para todos nosotros.

Nosotros, Malicia Cool, somos absolutamente «rara avis» porque, al ser multidisciplinares (escribir, periodismo, traducción, poesía, performance, dibujo, diseño) pues hacemos las cosas cuando caen, de manera que no se nos puede englobar en nada; atemporales y atípicos, que fue lo que vino a decir Costa en su crítica de nuestro cedé «AMOR» (autoeditado); imposible tener éxito o resonancia así; tienes que encuadrArte en algo. Además, yo soy compositora, cantante y guitarrista y, ni soy una virtuosa (aunque a nosotros nos gusta, claro), ni tampoco una sex-symbol; en fin, atípicos total. Pero nuestros colaboradores son siempre buenísimos en lo suyo, me jacto de esto, je. Y nosotros también somos muy buenos, más creativos que virtuosos, quizá (¡como en los 80!).

¿El grupo sigue funcionando?

«Íbamos a tocar en la sala Caracol el diciembre pasado pero el Ayuntamiento precintó la sala (injustamente); sign ‘o’ the times; estamos en ello, nos bullen los proyectos e ideas.»

En una entrevista de 2009 te pidieron un consejo para quienes aspiren a vivir de la música. Tu respuesta fue: «Que sean muy putas. Que chupen pollas, de quien sea, sin problemas, o que pongan el culo. También muy pelotas, muy ‘suaves’ y muy desamparadas/os o necesitadas/os.« ¿Tan mal está el mundillo musical?

«Hay poquísimas mujeres; en música electrónica se ha calculado un ¡¡¡6%!!!, y en la demás, menos. Es muuuy difícil, los modos son masculinos, tienes que ser una muñeca tipo Russian Red o Annie B Sweet; compruébalo por ti mismo, es fácil, salta a la vista. Solo que, al ser front-women, parece que abultan más, je.»

¿Y tu salto a la novela? ¿Ya habías escrito antes? ¿Qué pretendes con esto?

«Una novela es una orquesta: personajes, escenarios, situaciones, tramas; me apetecía ser directora de orquesta. Además, haces exactamente lo que te da la gana, es uno de los géneros más libres y versátiles que hay.»

¿Qué cosas han marcado tu literatura?

«A la hora de escribir, me he visto muy influenciada por las primeras películas de Quentin Tarantino (en la rapidez, vértigo, violencia, humor) y por la escritora francesa de novela negra Fred Vargas (es un seudónimo), quien también es rápida y ágil.»

¿Estás en algún nuevo proyecto literario? ¿piensas darle continuidad a tu actividad como escritora?

«Por supuesto; esto es un camino, no vas a dejarlo cuando le has pillado el truco y el gusto. Estoy muy ilusionada con seguir y emular a Alice Munro, Fred Vargas, Agatha Christie, Patricia Highsmith, Doris Lessing, Rosa Regás, Assumpta Roura, etc.

Mi nuevo proyecto ya está empezado, se llama «Miguel» y está inspirado en un amigo donostiarra ¡que iba a la facultad conmigo! A través de él quiero retratar cierta parte y aspectos de la curiosa sociedad donostiarra y quizá vasca en general; viví allí tres años en los que mi padre fue juez decano de la ciudad; años convulsos e históricos.»

HUMILLACIÓNEchamos un vistazo a ‘Humillación’, intentando hincarle el diente por algún lado… Veamos la contraportada: «Quien traiciona a un alma noble sella su destino. Virginia Sanders es una joven y brillante geóloga con una exitosa carrera y todas sus múltiples capacidades desplegadas en su máxima expresión. Es inauditamente feliz, muy alegre y confiada, y también cándida; virgen, en cierto sentido. Tiene una relación muy abierta con su esposo, Roberto Canals, que se dedica al diseño gráfico con notable éxito igual que ella. Se aman, se admiran, se respetan, pero viven vidas bastante libres e independientes. Por mero antojo de su naturaleza inicia un romance con el periodista Ramiro Clon que deriva en una relación que se torna, inesperadamente, demasiado apasionada y profundamente sexual e interdependiente

¡Vaya, por lo que vemos esta Virginia tiene una vida un tanto ajetreada…!

«Virginia tiene un marido de los que no hay, Roberto, músico (percusionista), dibujante y diseñador gráfico de éxito y ellos tienen una pareja abierta. Ella, geóloga, es seducida por un irresistible periodista quien resulta ser «the devil in disguise»; un cabronazo maligno de mucho peligro por resentido, malvado y maquiavélico. En este sentido, Ramiro desvirga a Virginia al introducirla en el camino del Mal, con mayúsculas, de manera que ella pierde, además de su sexo saludable, su seso saludable, y casi muere. La deshonra de Virginia se entronca literariamente con la de las hijas del Mío Cid, pues se trata de un asunto tan antiguo como el mundo. Pero, cuando se recobra, su venganza es terrible además de vertiginosa y divertida.»

Esto que cuentas, ¿refleja tu visión del amor / relaciones? ¿El amor como tentación peligrosa que puede destruir la vida que tienes montada y por el que pagarás un alto precio?

«Cuando el amor es entrega de cuerpo y alma, es extremadamente peligroso; muchas veces un pérfido juego de poder aunque sea inconsciente. Particularmente, entregar el cuerpo del todo, a fondo, es muy peligroso (embarazos y niños incluidos). A mí me gusta la conjunción amor + amistad + sexo + camaradería + complicidad + fraternidad + compañerismo, incluso de trabajo, arte, etc.»

Sin embargo los componentes de mentira, crueldad… están muy presentes en tus canciones y, ahora, novela…

«Había en torno a nosotros auténticas alimañas que no habían sido tan «aplicados» como nosotros (que lo disfrutábamos) en estudios ni trabajos y mataban por su mera supervivencia: por comer, por pagar el alquiler. Y las estrategias eran muy sofisticadas porque éramos todos muy listos, y con ayuda de drogas, más. Digamos que se jugaba y apostaba fuerte. Roberto y Virginia habían sido extraordinariamente precoces en estudios y trabajos, compaginando ambas cosas, y eso que sus respectivas familias podrían haberlos mantenido (de hecho, los ayudaron, claro; pero ellos no se dejaron mucho). Pero fueron «norteamericanos» en esto, en abrirse camino (y muy bien) por sus propios medios; con trabajo, esfuerzo, y también alegría de la vida y entusiasmo. Ella no fue consciente al principio, pero resultó que la pareja despertaba encendidas envidias en «suciedad»; y de ahí a la mentira, la crueldad… un paso.»

¿Cómo es eso de que gracias a la novela has ‘revirginado’, como decías al principio? ¿qué ha supuesto para ti escribir el libro, te has quedado a gusto?

«Mucho; me he recompuesto; pero hay un par de mequetrefes que se van a llevar lo suyo sí o sí, y lo saben; esto tiene correlato en la realidad, claro.»

¿Es el personaje trasunto de la autora? Parece que la venganza de Virginia corre en paralelo con alguna tuya propia…

«Claramente sí. Cuando sea mejor y más experimentada escribiendo (y componiendo), dejaré de mirarme el ombligo, pero las primeras obras de casi todo el mundo no se libran de esto; es un umbral. ¿Venganza? Sí, una terrible, que ya ha caminado un buen trecho pero espera golpe de gracia. Es contra una zorra y un chulo que me pusieron una denuncia falsa en comisaría hace tropecientos años y nos han obligado así, y por tanto, a tenerlos presentes… ¡¡¡¡18 años!!!! Juro por el cielo que tanto amo que no se libran.»

Bueno y, para terminar, ¿puedes dar a los lectores de El Varapalo una buena razón para leer tu libro?

«Es divertido, psicodélico, moderno, está bien escrito, y soy un testigo de primera de todo lo sucedido desde los 80 hasta ahora mismo, una titulada superior con los ojos y las orejas muy abiertos y gran capacidad de percepción; además de sólidos principios políticos, históricos, sociales y filosóficos, ¡que tengo entendido que igual fuimos compañeros en la Facultad de Filosofía de Zorroaga, País Vasco!!!!, aunque después me licencié en Filología Inglesa en la Complutense de Madrid.»

Pues mil gracias y suerte con la novela (cierto, cierto; por allí estuvimos…).

«¡Espero que os divirtáis, que es lo importante! Alicia Malicia Cool XXX»

 

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